La magia de los mandalas

La palabra “mandala” procede del sánscrito y significa “círculo sagrado”, una representación del círculo de la vida para la cultura hindú y budista, que ha llegado con fuerza hasta el mundo occidental. Es un símbolo de sanación, totalidad, unión, integración, el absoluto.

Un mandala es básicamente un círculo, es la forma perfecta, y por ello representa el símbolo del cosmos y de la eternidad. Simboliza la creación, el mundo, el ser humano, la vida. Podríamos decir que todo en nuestra vida posee las formas del círculo. Desde el universo (el sol, la luna, los planetas) hasta el esquema de toda nuestra naturaleza, el átomo, la célula, todos siguen una línea circular.

Los mándalas son útiles para la concentración, activación de la energía positiva, energetización de lugares, meditación profunda para elevar el nivel de conciencia, expandir la capacidad de la mente y la memoria. Ayudan a centrarnos cuando sufrimos de alguna alteración nerviosa, a relajarnos y a encontrar la paz en medio de las dificultades y eso en un mundo tan complejo y conflictivo ¡resulta bastante!.

Significado de los Colores

Un mandala siempre va a ser positivo cualquiera sea su color, pero resulta doblemente útil cuando hemos localizado algún problema y queremos abordarlo, entonces podríamos ayudarnos eligiendo algún color determinado, el cual actuaría de manera directa, acelerando el proceso de curación.

Rojo, Primer Chakra. Es el color del amor, la pasión, la sensualidad, la fuerza, resistencia, independencia, conquista, impulsividad, ira, y odio. Impulsa la fuerza vital a todo el cuerpo, incrementa la confianza y seguridad en sí mismo, permite controlar la agresividad y evitar querer dominar a los demás. En el aspecto físico proyecta energía a la parte inferior del cuerpo, suministra fuerza a los órganos reproductores. Esencia de supervivencia.

Naranja, Segundo Chakra. Energía, optimismo, ambición, actividad, valor, confianza en sí mismo, afán de prestigio, frivolidad. Fomenta la tolerancia para socializar y proyectarse con toda la gente. Incrementa la autoestima, ayuda a enfrentar todos los retos para la evolución de la persona. Enseña a utilizar los éxitos o fracasos como experiencias y aprendizajes. Propicia energía positiva para llevar a cabo los proyectos o las metas. En el aspecto físico proyecta energía al intestino delgado y colon, todos los procesos metabólicos y los ganglios linfáticos inferiores.

Amarillo, Tercer Chakra. Es la luz, el sol, alegría entendimiento, liberación, crecimiento, sabiduría, fantasía, anhelo de libertad, envidia, superficialidad. Ayuda a liberar los miedos internos. Permite manejar con balance el ego, las desilusiones, todo lo que afecta emocionalmente. Ayuda a canalizar mejor la intelectualidad. En el aspecto físico proyecta energía al aparato digestivo, hígado, vesícula, páncreas, bazo, y riñones.

Verde, Cuarto Chakra. Equilibrio, crecimiento, esperanza, perseverancia, voluntad, curación, integridad, bienestar, tenacidad, prestigio. Falta de sinceridad, ambición, poder. Transmite tranquilidad y balance en lo sentimental. Permite expresar los sentimientos más libremente. Expande el amor interno hacia uno mismo y los demás. Ayuda a liberarse del apego a las posesiones o las falsas excusas. Es el filtro del equilibrio en todo el cuerpo. Ayuda a controlar el sentido de posesión y los celos. En el aspecto físico, proyecta energía vital al sistema circulatorio, cardiovascular, corazón.

Azul, Quinto Chakra. Calma, paz, serenidad, seguridad, aburrimiento, paralización ingenuidad, vacío. Ayuda a exteriorizar lo que se lleva por dentro, permitiendo evolucionar a medida que se van dando cambios en la vida de la persona. Evita la frustración y la resistencia para comunicarse, permite tener tolerancia a los pensamientos de los demás. En el aspecto físico proyecta energía a los pulmones, garganta, tráquea, ganglios linfáticos superiores y ayuda a evitar las alérgicas y padecimientos de la piel.

Indigo, Sexto Chakra. Ayuda a comunicarse con el ser interno abriendo la intuición. Permite aprender a dejar fluir los mensajes del cerebro, conectando directamente con la inteligencia de la conciencia cósmica. Fomenta el control mental y expande los canales de recepción para percibir la verdad en cualquier cosa o nivel de vida. Estimula la confianza en ser guiado por su propio sentido interior. En el aspecto físico, proyecta energía vital al cerebro, sistema nervioso, muscular y óseo.

Violeta, Séptimo Chakra. Mística, magia, espiritualidad, transformación, inspiración. Pena, renuncia, melancolía. Proyecta el contacto del espíritu con la conciencia profunda del cosmos. Expande al poder creativo desde cualquier ángulo, música, pintura, poesía, arte, permitiendo a la persona expresar su visión de la realidad y su contacto con la fuente primordial del universo. Ayuda a no ser extremista, con el fin de expandirse explorando las dimensiones de la imaginación y el conocimiento.

Cómo pintarlos

Busca un lugar tranquilo, y observa detenidamente tu mandala, concéntrate en él. Si después de mirarlo por un largo rato notas que se mueve ¡es la energía que está en movimiento!.

Es conveniente empezar a pintarlo de afuera hacia adentro, esto nos representa el autoconocimiento de lo externo hacia nuestro centro, hacia nuestro interior. Decide la dirección en que vas a colorearlo y trata de mantenerla.

Pintar un mandala puede llevarte desde media hora hasta incluso un par de días, tiempo en el cual podrás estar contigo mismo, con tus pensamientos y tus sensaciones. Es un modo sencillo de “desconectar” de nuestros problemas.

También a los niños les ayuda a focalizar la atención y expresar sentimientos mediante la elección de colores. Les permite poder concentrarse y mejorar además su motricidad fina.