La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda comer de forma regular pescados y mariscos dos o tres veces por semana, dado el alto valor nutricional que proporcionan las especies marinas y acuícolas, aunado a sus propiedades nutricionales. El consumo de pescados y mariscos mexicanos y sustentables es una de las acciones que favorecen la vida y biodoversidad de nuestros mares, ya que se cuida la reproducción de las especies (como es el caso de la totoaba de cultivo), se evita la sobreexplotación de las mismas a causa de la demanda y en la acuicultura mexicana se pone especial cuidado en la calidad de los nutrientes del alimento para las especies de cultivo en granja, garantizando un producto limpio, saludable y sin químicos, como es el caso de la trucha arcoiris o la tilapia.

Cremas solares, lápices de labios, bases para la cara y muchas otras cosas son en el siglo XXI hechas con aceite de tiburón. El escualeno es una sustancia que se obtiene del aceite presente en el hígado del tiburón, y aún hoy es ampliamente utilizado en detrimento de esos peces que corren peligro de extinción.

Los sólidos son productos ecológicos elaborados con ingredientes naturales, que eliminan el uso de envases, y empaques plásticos, ya que suelen venir envueltos en papel, o cajas de cartón reciclado; además, ahorran hasta 60% de agua en su producción, y duran 3 a 6 veces más que un producto embotellado.

Como una manera de enfrentar la difícil situación por la que atraviesan, a raíz de la debacle de sus mercados por la pandemia del Covid 19, cooperativas rurales de la Península de Yucatán lanzaron la iniciativa #DelaSelvaAtuMesa, que busca abrir nuevos canales de comercialización de la miel y el carbón vegetal entre residentes de Cancún y Playa del Carmen, en Quintana Roo, así como en diferentes Estados de la República Mexicana.