Vitamina K

La vitamina K ayuda al cuerpo a construir huesos y tejidos saludables, a coagular la sangre, y prevenir enfermedades.

Las vitaminas son sustancias que ayudan a nuestro cuerpo a crecer y desarrollarse en forma normal. La vitamina K es una de las más fascinantes que existen y los científicos siguen descubriendo nuevas formas, funciones y beneficios.

La vitamina K se refiere a un grupo de varias vitaminas solubles en grasa que son similares en sus estructuras químicas y efectos en el cuerpo humano. Existen muchas formas diferentes de esta vitamina, pero en los seres humanos las dos más comunes son la vitamina K1 (filoquinona) y la K2 (menaquinona). Si bien hay cierto debate sobre las distinciones entre ambas formas de vitamina K, las dos desempeñan un papel importante en la coagulación de la sangre, la cicatrización de heridas, la salud de los huesos y del corazón.

Es esencial para la curación de heridas

Una gran cantidad de proteínas necesarias para la coagulación de la sangre requieren vitamina K. Es una función crucial del cuerpo humano que permite que las heridas formen una costra. y sanar. Esta vitamina mejora el proceso de cicatrización y disminuye la infección, ya que actúa evitando las hemorragias que podría provocar el hematoma en la herida.

La mayoría de los estudios que investigan la coagulación de la sangre se centran en la K1, pero las investigaciones más recientes señalan que controlar la ingesta de K2 es igualmente importante.

Previene enfermedades cardíacas

Seguir una dieta rica en alimentos que contengan vitamina K puede tener un importante efecto protector para la salud del corazón, según una nueva investigación publicada en la revista médica Journal of the American Heart Association.

Los investigadores encontraron que la vitamina K promueve la síntesis de una proteína que previene los depósitos de calcio en las arterias, conocidos como calcificación de las arterias coronarias (CAC). Estos empeoran el flujo sanguíneo en las arterias y aumentan el riesgo de formación de placa. De esta manera, la vitamina K puede prevenir enfermedades cardíacas.

Promueve la salud de los huesos

Tener huesos sanos y fuertes es una prioridad a cualquier edad, y la vitamina K parece jugar un papel crucial en el ciclo de renovación celular que asegura la fortaleza ósea.

Aunque dicha vitamina previene las calcificaciones vasculares y de los tejidos blandos, promueve la integración del calcio en el hueso.

Las personas con deficiencia de vitamina K tienen una mayor incidencia de fracturas y osteoporosis.

Las deficiencias de vitamina K no son muy comunes, pero pueden ocurrir, especialmente en personas con enfermedad hepática, enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn o en aquellos que toman anticoagulantes. Las personas con deficiencia de vitamina K sangran más por cortes o lastimaduras y pueden ser más propensas a fracturas, además de sufrir hematomas con facilidad, y sangrados por la nariz.

La ingesta diaria recomendada de vitamina K es de 90 mcg para mujeres adultas y de 120 mcg para hombres adultos.

Está presente en vegetales verdes como kale, brócoli, coles de Bruselas, repollo, y espinaca cruda. También los aguacates, espárragos y judías verdes contienen mucha vitamina K. Además de las frutas: kiwi, ciruelas, peras, arándanos, uvas y moras.

Para lograr una buena absorción se recomienda combinar los alimentos ricos en vitamina K con algo graso, como aceite de oliva, nueces, mantequilla, leche o huevos.

La vitamina K2 es más difícil de encontrar, siendo las mejores fuentes el natto (soja fermentada) y el hígado de ganso. Así como ciertos quesos, como el gouda, y grasas animales como la yema de huevo, la mantequilla y la manteca de cerdo provenientes de animales que pastan al aire libre. Existen algunas investigaciones que refuerzan la noción de que una ingesta alimentaria suficiente de vitamina K2 da como resultado una piel más lisa.

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