Dieta climatarian: qué es y cómo ponerla en práctica

Una dieta climatarian no es una dieta tradicional en el sentido de que no requiere seguidores, a veces llamados climatarianos, para adherirse a pautas alimentarias estrictas. Más bien, se enfoca en comer alimentos que no contribuyan al daño ambiental, por lo que es fácil de seguir en comparación con otros planes de alimentación.

Los climatarianos son muy conscientes de cómo se producen, procesan y transportan los alimentos. Usan este conocimiento para evitar alimentos que:

• Requieren grandes cantidades de recursos naturales, como tierra o agua.

• Contribuyen a la contaminación.

• Provocan la acidificación de los océanos, lo que puede dañar las plantas y los animales acuáticos.

• Emiten gases de efecto invernadero (GEI), que atrapan la radiación del sol y provocan el calentamiento global.

• Utilizan envases excesivos o no biodegradables.

Una dieta climática no solo protege el planeta, también protege tu salud. La degradación ambiental es uno de los principales contribuyentes a los riesgos para la salud pública, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Aunque muchas personas citan preocupaciones climáticas o ambientales como la razón por la que siguen una alimentación vegana o vegetariana, estas dietas no son lo mismo que una dieta climatarian. Por ejemplo, algunos de sus adeptos no creen en prohibir la carne por completo pues piensan que esto puede dificultar que muchos sigan la dieta. Como resultado, simplemente promueven comer menos carne, lo que aún puede tener un impacto significativo en el medio ambiente.

A diferencia de otras dietas basadas en plantas, los climatarianos también reducen su consumo de alimentos de origen vegetal que tienen una mayor huella ambiental, como los productos fuera de temporada que se envían por avión a todo el mundo o los alimentos envasados en plástico. Más bien, optan por alimentos con un impacto mínimo en el medio ambiente.

Alimentos con menos huella de carbono

1. Legumbres
Las legumbres, como los frijoles, las lentejas, los guisantes secos y los garbanzos, generalmente se encuentran en la parte superior de la lista climática. Esto se debe a que enriquecen naturalmente el suelo con nutrientes y mejoran la estructura general del suelo, lo que significa que una parcela de tierra puede producir más cultivos, según las Naciones Unidas (ONU). Además, reducen la necesidad de fertilizantes sintéticos, lo que conduce a la contaminación del agua y a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y necesitan menos agua para crecer en comparación con otras fuentes de proteínas.

Además, las legumbres son excelentes para la salud. Una revisión de 2021 publicada en Critical Reviews in Food Science and Nutrition encontró que consumir un poco más de 5 onzas de legumbres cocidas al día mejoró los niveles de lípidos en la sangre, la presión arterial, los marcadores de inflamación y la composición corporal (también conocido como el porcentaje de grasa, hueso y músculo del cuerpo).

2. Productos locales y de temporada
Las personas que siguen esta dieta a menudo comen productos cultivados localmente y de temporada porque reducen la necesidad de procesamiento, empaque, transporte y contaminación de los alimentos. Otro beneficio: los productos de temporada y cultivados localmente viajan menos millas para llegar a tu plato, por lo que también es menos probable que se echen a perder.

Si bien puedes pensar que una verdura es una verdura, ese no es el caso. Los productos de temporada en realidad tienen concentraciones más altas de nutrientes. ¿Por qué? Porque es más probable que se cosechen cuando estén completamente maduros. Además, las frutas y verduras pierden nutrientes después de la cosecha, por lo que un transporte más prolongado significa una mayor pérdida de vitaminas y minerales.

3. Granos integrales
Los cereales integrales, como el arroz integral, la avena y la cebada, también son un elemento clave de una dieta saludable y ambientalmente sostenible. Generalmente, los granos requieren menos agua que otros cultivos. Por ejemplo, una caloría de grano requiere 0.13 galones de agua para crecer en comparación con 2.7 galones de agua por caloría de carne de res, 0.55 galones de agua por caloría de fruta y 0.35 galones por caloría de verdura.

Los cereales integrales también pueden ayudar a protegernos de las enfermedades. Una revisión de 2021 publicada en Comprehensive Reviews in Food Science and Food Safety encontró que un mayor consumo de granos integrales está asociado con una menor incidencia de contraer o morir a causa de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer, incluidos el colorrectal, de mama, de estómago y de esófago.

4. Nueces
Las nueces son otra gran opción para el clima porque emiten menos CO2 (un factor principal del cambio climático) en comparación con otros alimentos ricos en proteínas. Por ejemplo, producir 100 gramos de proteína en forma de frutos secos emitirá 0.26 kilogramos de dióxido de carbono. Mientras tanto, los huevos emitirían 4.21 kg, las aves de corral emitirían 5.7 kg y la carne de res emitiría 49.89 kg, según un estudio de 2018 publicado en la revista Science.

Desde el punto de vista de la nutrición, las nueces también son una opción estelar. Un estudio de 2020 del Journal of the American Heart Association encontró que de los 100,000 participantes aquellos que comían al menos media porción de nueces por día (1/2 onza o un puñado pequeño) tenían un menor riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular durante un período de cuatro años en comparación con los que no consumieron frutos secos.

5. Champiñones
Se destacan desde una perspectiva climática porque pueden crecer en los desechos de otros cultivos, como cáscaras de almendras, mazorcas de maíz y cáscaras de algodón, lo que reduce el desperdicio de alimentos en los vertederos. El cultivo de hongos también requiere una cantidad relativamente mínima de tierra y agua y libera cantidades más pequeñas de CO2. Como beneficio adicional, el micelio, materia de hongos que crece bajo tierra, puede ser una alternativa al plástico sintético.

Consumir hongos también es bueno para ti. Un estudio de 2021 publicado en Food & Nutrition Research evaluó el impacto nutricional de agregar tres onzas (alrededor de una taza) de champiñones crudos a las pautas alimentarias recomendadas actualmente por el USDA. ¿Qué encontraron? Esas tres onzas de champiñones dieron lugar a un aumento de solo el 1% en las calorías totales, pero un aumento del 8 al 12% en el potasio, del 12 al 18% en la riboflavina (B2) y un incremento del 67 al 90% en la vitamina D en todo el composición nutricional de diferentes dietas.

¿Qué alimentos evitar?

Los alimentos que comúnmente evitan los climatarianos debido a su impacto negativo en el planeta incluyen:

1. Carne roja
La ganadería es responsable del 14.5% de todas las emisiones de GEI, según la ONU. La carne de res es la culpable de la mayoría de esas emisiones, contribuyendo al 41% de la producción de GEI de la industria ganadera. Además, es probable que reducir el consumo de carne roja disminuya el riesgo de cáncer, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasifica como un probable carcinógeno.

2. Productos lácteos
Después de la carne de res, los productos lácteos como la leche, el queso y el yogur son los que más contribuyen a las emisiones de GEI de la industria ganadera, según la OMS. Sin embargo, cuando se trata de la salud, la investigación sobre la reducción del consumo de lácteos es mixta. Por ejemplo, un estudio de 2019 en BMJ encontró que el consumo de leche entera se asoció con un mayor riesgo de muerte. Mientras tanto, una revisión de 2021 en Nutrition & Metabolism encontró que, en general, los beneficios de la leche, como la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y cáncer colorrectal, superan los riesgos potenciales.

3. Aceite de palma
La producción de aceite de palma, que proviene del fruto de ciertas palmeras, se ha asociado con la deforestación y la destrucción de hábitats para muchas especies en peligro de extinción. También es común en los alimentos envasados, como la pizza congelada y el chocolate.

4. Azúcar
Un estudio de 2020 publicado en Annals of Agriculture Sciences encontró que la producción de caña de azúcar disminuye la biodiversidad; contribuye a la contaminación del aire, las emisiones de GEI y la acidificación del suelo; y requiere grandes cantidades de agua. El consumo excesivo de azúcar también puede provocar obesidad, diabetes tipo II y enfermedades cardíacas, según los CDC.

5. Alimentos altamente procesados
Los alimentos procesados no solo contienen grandes cantidades de azúcar y aceite de palma (ya prohibidos para los climatarios), sino que también tienden a usar envases de plástico. Además, un estudio de 2022 publicado en Nutrients concluyó que por cada 10 % de aumento en las calorías de los alimentos procesados, había un 15% más de riesgo de muerte.

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Este texto apareció originalmente en MSN.

Traducido por: Mónica Gálvez - Fuente MSN
Fotografía: pixelfit/Gettyimages

Etiquetas: Edición 126