¿Psico qué? … Psicomotricidad

La misma pregunta de siempre...

Hablar de psicomotricidad implica hablar del encuentro del sujeto con su propio cuerpo y mi rol como profesional en esta disciplina es preparar y acompañar a la persona en ese camino, pudiendo ver al cuerpo como la unidad de tres dimensiones íntimamente interconectadas, motriz-instrumental, emocional-afectivo y práxico-cognitivo, las cuales dejan ver un cuerpo, una historia.

Esta disciplina recupera el lugar del cuerpo, permitiéndonos entenderlo como una construcción única e integrada más allá de sus partes, convocándonos al encuentro inter y transdisciplinario cuyos ejes se anudan alrededor de este CUERPO como objeto de estudio de la psicomotricidad, su movimiento en un espacio y en un tiempo, que da lugar a la construcción y desarrollo de la subjetividad, de la vida social y los aprendizajes.

Es fácil hablar de cuerpo, ¿Pero cómo lo abordamos?

Nuestra tarea es verlo de manera integral, sin fragmentarlo. No es de nuestro interés detenernos en la función del órgano en tanto acción, como puede ser hablar, escribir para un niño, o recortar papeles o caminar para un adulto mayor. Desde la psicomotricidad nos interesa ocuparnos del funcionamiento del cuerpo en tanto acto, lo cual implica dejar al sujeto ser y hacer, brindar el espacio para actuar.

Ocupándonos del cuerpo que actúa y no de la acción en sí, el mero movimiento se transforma en acto, en tanto desenvolvimiento en un tiempo y un espacio, cargado de deseo e intención particular por consecuencia de una historia singular. Entonces lo abordamos desde sus manifestaciones, desde lo que narra, dejando ver un todo más allá de las partes. Todo cuerpo tiene una historia que contar, huellas que lo hacen único y determinan un modo particular de ser, hacer y estar en el mundo. Entendemos al cuerpo como base para la inscripción, en tanto palabras, miradas, contactos, dados por un otro, crucial para el desarrollo, pero no determinante, ya que no debemos olvidar el todo, que implica que este cuerpo habita un determinado entorno, por lo tanto es resultado también de un contexto social, cultural, económico y ambiental en constante cambio.

Psicomotricidad, una invitación al encuentro ¿para quiénes?

La psicomotricidad está en el ser y estar del cuerpo, por lo tanto en todos los sujetos, sea cual sea su edad. El niño utiliza su motricidad no sólo para moverse, desplazarse o tomar los objetos, sino, fundamentalmente, para ser y para aprender a pensar, conocer y comprender, con una lógica que es propia de su maduración y de sus intereses. Con esta mirada cobra sentido hablar de “esquema corporal”, de “imagen del cuerpo” y de “imagen y conciencia de sí”, como construcciones complejas y diferentes que determinan el ser en el mundo, nuestro sistema de relación y comunicación con los demás y las competencias para todos nuestros aprendizajes: sociales, motores, afectivos, relacionales y cognitivos.

Lo mismo pasa en un recién nacido, en un joven y un adulto. Ponen en juego el cuerpo y con ello todo su ser para el intercambio consigo mismo y con el mundo desde un lugar llamado identidad, portada por su propio cuerpo, ya sea en construcción o transformación, independientemente de estar frente a un trastorno, síndrome o discapacidad.

Con esto quiero decir que la psicomotricidad no es exclusiva de la discapacidad, del niño o del adulto mayor. Puede estar dada en un espacio individual o colectivo, espacio para la salud, la educación, el desarrollo social y/o comunitario; espacio para niños, jóvenes o adultos. Es una invitación a la familia y a la sociedad para mirar al cuerpo propio y del otro puesto en juego en un espacio y tiempo determinado. La psicomotricidad convoca al ENCUENTRO y lo hace a través del cuerpo puesto en juego.

¿Cuándo se recurre a la Psicomotricidad?

Hay muchos modos de hacer psicomotricidad. No se pretende diagnosticar al cuerpo y yo particularmente desde mi rol y experiencia personal y profesional no pretendo convocar al encuentro como un lugar para la búsqueda de un síntoma que me permita poner una etiqueta de disfunción, trastorno, normalidad o anormalidad.

Más bien, propongo el encuentro como un espacio para dejar circular un síntoma, un deseo, o el mero placer por el movimiento… poner el cuerpo en juego y brindar el espacio, el tiempo y las herramientas para su disfrute y/o transformación.

Podemos encontrar distintos abordajes dentro de la Psicomotricidad:

Desde la práctica clínica como espacio para la salud, se pretende trabajar en la organización del cuerpo por medio de la relación interactiva y de transferencia niño-terapeuta-espacio de trabajo, para modificar un síntoma, aportando a la funcionalidad del mismo. También se pretende la prevención desde el acompañamiento a la familia para el desarrollo psicomotor del paciente con motivos de brindar mejores modos de vincularse así como oportunidades de desarrollo saludable, a través del juego y del intercambio.

Desde la práctica educativa se propone la vivencia corporal como medio de descubrimiento, reencuentro con el propio cuerpo, aprehensión del mismo y del mundo que lo rodea así como medio de desarrollo para el potencial desenvolvimiento de dicho sujeto.

Como espacio social/comunitario se ofrecen dinámicas grupales para un espacio de vivencia corporal, utilizando como medio el juego, la música, la narración, la relajación, el arte, entre otros.

Dicho esto, espero que la próxima vez que escuchemos la palabra Psicomotricidad pensemos en las ganas de ser parte de este hermoso encuentro al que nos llama esta disciplina.

@psicomotricidadcravero Alianza Otra Mirada y Psicomotricidad Cravero

Por: Antonella Cravero Psicomotricista

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