Educación integral

Al convertirnos en padres nos encontramos con diferentes estilos, teorías, libros y opiniones sobre cómo educar a los niños. Lo cierto es que queremos que nuestros hijos crezcan felices, sanos, saludables y conscientes del medio ambiente que les rodea. En este sentido hay algunos factores que han probado dar resultados positivos y algunos ejemplos son el ritmo, el conocer y respetar las tradiciones propias y de otras culturas, la actividad física, el contacto con la naturaleza, el conocimiento sobre el impacto global, el desarrollo de la creatividad, el arte y un ambiente educativo adecuado. Todo esto contribuye a que los pequeños se conviertan en adultos integrales.

Ritmo: el tener un ritmo diario, semanal, mensual y anual es importante para los adultos y sobre todo para los niños desde su nacimiento. Tener un horario determinado para el trabajo, las comidas, la hora de dormir y el tiempo de jugar es una herramienta invaluable que se debe inculcar en la familia. El resultado será una familia unida y ecuánime.

Educación multicultural: cuando se les ofrece una educación multicultural -en la que se conocen las tradiciones propias y ajenas- crecen siendo personas más tolerantes, flexibles y abiertas a los cambios, así como más conscientes de su medio ambiente.

Actividad física al aire libre: los pequeños necesitan estar en movimiento y si lo hacen en contacto con la naturaleza, aprenderán hábitos saludables que los acompañarán toda la vida; como estimular la creatividad y la imaginación, facilitar la vida en sociedad y aprender a formar una red social. El juego al aire libre invita a los chicos a moverse y a conocer la naturaleza y el medio ambiente mientras se divierten.

Impacto global: hoy en día es imprescindible enseñar a nuestros hijos sobre el impacto que tienen todas nuestras acciones a nivel familiar, local y global. Debemos guiarlos para llevar una vida sustentable a través del uso de la energía producida por el viento, el agua o el sol. Hagamos un pequeño huerto en casa, preparemos composta o realicemos experimentos para captar el agua de lluvia y regar nuestro jardín. Hasta la acción más sencilla tiene un gran impacto global y sobre todo en los niños.

Tiempo de descanso y creatividad: evitemos llenar las tardes con actividades programadas y dejemos tiempo para pasarlo en casa con tranquilidad. La creatividad empezará a invadir a los chicos y el aburrimiento desaparecerá como por arte de magia. Este tiempo sin actividades pautadas los ayudará a jugar libres e individualmente, les enseñará el autocontrol, desarrollará su imaginación y por lo tanto podrán resolver fácilmente todos los problemas que se les presenten. Esto motiva naturalmente el aprendizaje.

El arte: sin duda alguna, la parte académica es muy importante, pero si le agregamos una actividad artística el aprendizaje será mucho más profundo y significativo. Incluir actividades artísticas como la música, el teatro, la escultura o el dibujo e inclusive el cocinar, les refuerza sus habilidades cognoscitivas, sociales, emocionales y su psicomotricidad. Adicionalmente desarrollan el trabajo en grupo, el pensamiento complejo, la creatividad, imaginación y fortalecen la autoestima. Acerca el arte a tu hijo ya que es clave en el desarrollo integral.

Educación adecuada: ya sea Montessori, Waldorf, Constructivista, Tradicional o “Homeschooling”, asegúrate de escoger la escuela que se adecue a tu hijo. Deja que él te guíe, los niños son capaces de hacer la elección correcta.

Asegúrate de incluir alguno de estos valores en la vida de tu hijo. El resultado será claro y muy positivo: estarás dejando al mundo una persona feliz, laboriosa e integral!

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