Beatriz Urtuzuastegui Félix

Generosa y con un corazón enorme, Betty es una persona con muchas ganas de seguir ayudando a los demás. Además de haber creado D’Beatriz, una de las primeras tiendas de ropa en Playa, es directora del Jardín de Todas, un espacio de intercambio cultural donde las puertas siempre están abiertas para todos.

Nacida en Ciudad de México, tuvo una infancia difícil y desde muy temprana edad cuidó a sus 7 hermanos. “Solo tuve oportunidad de estudiar hasta 6º de primaria, trabajé desde los 6 años vendiendo palomitas y gelatinas en la escuela. Las ventas me gustaron y no he parado todavía.”

Fue madre a los 18 años de un único hijo que le ha dado la felicidad de 4 nietos. Vivió en la Ciudad de México hasta los 32 años y de ahi se mudó a Canadá. “En 1986 conocí a un chico y me fui a vivir a Toronto por 10 años. Allí visité una feria donde exponían muy pocas artesanías mexicanas. Apliqué para participar y al año siguiente gané el primer lugar, y empecé a exportar artesanía mexicana.”

Hace 23 años vino a Playa del Carmen en un vuelo charter a pasar 8 días de vacaciones y se quedó a vivir. “Era un verdadero paraiso, ¡lo más bello que yo haya visto en mi vida! Un mar color turquesa intenso, arena suave, fina, limpia, un cielo azul azul, y las noches súper estrelladas donde podías ver la vía láctea, me enamoré de la vida cuando llegué a Playa. Lo que más me gusta de esta ciudad es la sensación de libertad y de espacio.”

Antes de llegar a Playa, Betty exportaba artesanías mexicanas y estudiaba alta costura. Al llegar aquí en 1996 abrió una tienda de artesanías pero se vio cautivada por el ambiente tropical y los turistas que por aquí paseaban, y comenzó a pensar en la idea de hacer sus propios diseños. “En ese entonces desfilaban por Playa mujeres y hombres hermosos de Europa. Había mucha belleza y me inspiraron para hacer mis diseños, diseños frescos, versátiles, sexys, durables, bien hechos, y empecé la búsqueda de un buen material. Entonces recordé que en mi época de hippie, de paz y amor, usábamos ropa de manta (tela muy antigua que se utilizaba para hacer sacos de azúcar y nuestros indígenas la usaban en el campo), excelente material, 100% de algodón, muy resistente, no se plancha, fresca, de fácil cuidado, fue la que más me gustó para hacer mis diseños y hasta la fecha es la tela que más me inspira.”

Y así nació D´Beatriz boutique, tienda pionera y una de las pocas sobrevivientes de Playa del Carmen. “Abrí mi tiendita con mis diseños, monté mi taller con dos máquinas de coser, donde se les ha enseñado el arte de la costura a unas decenas de costureros. A la fecha contamos con más máquinas, a la manta le di un toque contemporáneo, más moderno, que cautivó a todos mis clientes, en su mayoria turistas. Le llamaban lino, yo decía y sigo diciendo que es el lino de México, excelente y de bajo precio. Empecé y sigo haciendo todo con materiales hechos en este país, tanto hilos, cierres, botones, como accesorios, cada vez es más dificil lograrlo porque ya la mayoría es hecho en China. Ahora la moda es oversize y se necesitan telas más ligeras. Se integró la tela de rayón, también muy difícil de encontrar una fábrica mexicana que la estuviese produciendo por ser un material natural, ligero y fresco, no tan resistente como la manta, pero sí ya la fabrican en nuestro país.”

Ya salió la nueva línea y pronto estarán invitando a su desfile de modas. “Los primeros desfiles los hicimos en el Blue Parrot y dos en el Capitán Tutix; también en la Quinta Avenida. Era hermoso, tiempos memorables… Tiene muchos años que no lo hacemos, no se por qué, tal vez es la cantidad de tiendas que hay ahora en Playa y cada vez es más difícil, pero D´Beatriz se mantiene a flote y ha perdurado todos estos años gracias a la buena calidad y también a que no estoy sobre la Quinta Av. donde las rentas tan altas acabaron con los pequeños empresarios. Todos los que conocí cuando llegué ya desaparecieron.”

En 2014 nace el Jardín de Todas, un espacio para compartir, convivir, conocerse y ayudarse.

“El jardín era de mis nietas. Ellas crecieron y extendieron alas, y había que aprovecharlo apoyando a los artesanos y productores locales que utilizan elementos naturales, todo hecho en México.

El 2012 era una época de protestas, de inconformidades y de crecimiento excesivo. Queríamos transmitir la unión, la confianza y el apoyo mutuo. De protesta en protesta nace el primer intento de hacerlo realidad y así se fue gestando el jardín como una comunidad (trabajar para el bien común) dar, dar, dar... Y le dimos su nombre Jardín de Todas, porque todas las personas, tod@s tenemos algo que compartir. A Playa llega gente a trabajar que está sola, hay una necesidad muy fuerte de sentir que perteneces a algo, que tienes un objetivo por el cual estás aquí. Damos clases de separación de residuos, pláticas, círculos de mujeres, temazcales, festivales de tradiciones mexicanas, proyecciones de documentales, clases de yoga, de inglés, lo que se necesite. Tenemos un tianguis todos los viernes en apoyo a la economía local. Lo más importante es convivir en armonía, ayudar a los que no son tan afortunados. Muy especial fue para mí recibir dos veces en el Jardín a los papás de los 43 que siguen en su lucha, recibir a los estudiantes del movimiento 132, a las amas de casa con sus comidas que ellas preparan, apoyar a los artistas, a los músicos...”

“Mi misión en la vida es vivir, y el bienestar que me causa poder ayudar a los demás me da vida, poner mi granito de arena para que todos estemos bien.”

Etiquetas: Edición 77