Los nin@s son libros abiertos que los adultos debemos aprender a leer

“Hago lo mejor que puedo y creo, pero no sé si la estoy regando”, comenta el papá de los mellizos Bianca y Teo.

“No sé por qué mi papá se enojó, no sé qué hice”, respuesta de Teo cuando pasó su llanto, y se le consultó sobre lo sucedido.

“Nadie te enseña a ser padre”, reflexiona la mamá de Camila.

“No sé por qué no puedo elegir mi ropa hoy, si ayer me dejaron. Yo quiero elegir porque ya soy grande”, respuesta de Cami cuando se le preguntó por qué estaba enojada con su mamá.

La semana pasada pensaba en una amiga que está por dar a luz, e iba a su curso de pre-parto. Y me preguntaba por qué no existen cursos pre-berrinche, charlas prenegociación, pláticas pre-emoción. Si bien sí existen, nunca se hacen pre, siempre esperamos a que suceda, con un pensamiento oculto de “ojalá que no me toque a mí, o mi nin@ esta situación”.

Pero les cuento un secreto, la realidad es que son etapas por las que todo nin@ pasa, y eso es sano. Claro que transitarlas es tarea compleja y a veces no lo hacemos sanamente. Pero son etapas que deben vivirse.

En estos años de práctica he visto infinidad de berrinches, enojos y rabietas. He escuchado a maestr@s nombrar las miles de gamas que pueden tener las rabietas, padres contando la multiplicidad de colores que se pueden observar en sus hij@s enojados. Pequen@s que lloran, gritan y patalean con el único objetivo de ser escuchados y de entender cuáles son las reglas de juego en la vida, reglas que son diferentes en cada hogar.

En la mayoría de los casos se trata de niñ@s pequeños, aprendiendo a conocer sus emociones y, en otros casos, son más grandes con trabas en la gestión de emociones, o con dificultades en su lenguaje en donde no pueden expresar lo que quieren o necesitan. Eso si sumamos que los nin@s son una bomba de emociones y acciones, allí vemos el resultado.

Constantemente les pregunto a las madres y padres o maestr@s qué fue lo primero que sucedió, qué detonó el enojo/ berrinche. En general dicen que no saben. Los nin@s son libros abiertos, que los adultos debemos aprender a leer. Si estamos atentos podemos saber qué ocasionó una determinada conducta.

No todos se leen de la misma manera, con el mismo ritmo, o forma. Pero todos están listos para ser leídos, si tenemos el tiempo y la disposición de hacerlo. ¿Y cuál es el objetivo de esta lectura? Poder ayudarlos y también a los adultos, evitando este sinfín de conductas a las que se nos hace muy difícil luego darles respuesta.

Para eso debo darme a la tarea de poder ver al niñ@, conocerlo, saber qué le gusta y le disgusta, qué le hace bien y mal, qué lo enoja, pone feliz y triste. En qué etapa de su vida se encuentra, si está listo para poder salir solo de esta situación de enojo - molestia, o si necesita apoyo.

Una vez que empiezo a leer ese libro ya estoy lista para ayudarlo. Qué necesita de mí, qué herramientas y recursos puedo darle. También qué necesita el niñ@ de sí mismo.

Hay edades donde ya se realizó el trabajo de entregar esos recursos y herramientas y lo que el pequen@ está necesitando es su tiempo y espacio para que los pueda poner en marcha. Entonces está necesitando mi distancia prudencial, lo suficientemente cerca para apoyar y lejos para permitirle ser y hacer.

Los niñ@s pequeños necesitan contención en el momento del estallido, que estemos cerca para ayudarlos (permitirles su descarga), guiarlos, y luego trabajar juntos en el “análisis de situación” para empezar a darle esos recursos para el mañana.

Siempre actuamos sobre lo que sucedió, siempre estamos atentos a los resultados. Pero si sabemos que nuestros peques tienen su manera y forma de actuar, si ya los conocemos, y ya leímos este libro, lo que debemos hacer es adelantarnos. Si ya conocemos el final del libro, podemos ir a la mitad del mismo y cambiar el final.

Madres y padres, pregúntenle a su pequeño si le gusta hacer rabietas, si le gusta estar enojado, o que lo regañan. ¡Claro que responderán que no! Pero ellos por sí solos no saben leer su propio libro, o no pueden cambiar el final. Esa es tarea de madres, padres y maestr@s.

El día que los niños puedan hacerlo por sí mismos nuestra función en este ámbito estará terminada. Entonces les propongo que comiencen a leer este libro hermoso que son sus hij@s, y alumn@s y les regalemos a ellos y a nosotros la oportunidad del cambio.

Por: Natalia A. Alioto
Lic. en Educación Especial

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