Educación ambiental desde pequeños

Para lograr una vida en armonía con la tierra debemos saber, y el saber empieza con la educación. Nosotros, los adultos, estamos aprendiendo a manejar nuestra vida de una manera responsable para no seguir dañando el planeta. Esta realidad no estaba en nuestro presente. No vimos dentro del temario en las clases de civismo o ciencias naturales, una materia en temas ambientales.

Hoy en día existen universidades del medio ambiente, así como instituciones con licenciaturas medioambientales.

Ahora nos impulsa el deseo de que los niños crezcan con el conocimiento de que hay que actuar de una manera responsable desde los consumos hasta la disposición de los desechos, así como la repercusión a corto y largo plazo de la afectación en nuestro planeta.

Se pretende crear conciencia colectiva sembrando responsabilidad ambiental y creando un nuevo modelo de vida.

En esta ocasión se hace la propuesta para iniciar con la responsabilidad de la comunidad a través de la educación familiar. Se crea por primera vez un modelo de estudio para incluir el tema de educación ambiental en todos los niveles educativos.

Se trata de llegar a concientizar ambientalmente a los niños para que los padres empiecen a involucrarse en el tema y así lograr que la comunidad adopte este nuevo sistema.

La información sobre lo que le está sucediendo al planeta y cuáles son las consecuencias del mal manejo de los residuos se trata de manera específica según el grupo de edades con el que se trabaja.

Los niños de preescolar lo aprenden a manera de cuento, con “la tierra se hace pequeña” se dan cuenta qué es lo que pasa cuando depositamos nuestros residuos en los botes de basura general, conocen de dónde viene cada material que usamos, conocen a los guardianes del reciclaje, esos que nos ayudan a triturar y reusar todo el material.

Con los niños de primaria baja se platica sobre la vida útil de los materiales y qué pasa cuando los depositamos en lugares equivocados: acción/repercusión. Además del Taller de consumo consciente. Con estos talleres aprenden cómo consumir conscientemente, tanto el producto como su empaque, y a elaborar productos propios de uso cotidiano de manera consciente.

Los niños de primaria alta entienden la composición de los materiales, su procedencia y qué sucede con su descomposición. Con prácticas de campo a los lugares de seguimiento de los materiales aprenden todo el proceso.

Se motiva a los alumnos y las familias que cada “lunes de la tierra” lleven a la escuela su material reciclable y juntos lo depositen en los contenedores destinados. Esto para ir creando un nuevo modelo de acción cada semana hasta que se vuelva parte de la vida cotidiana. De esta manera, la familia aprende del manejo del material que se genera en el hogar, para poderle dar un reúso óptimo, así como la responsabilidad en el consumo general.

La propuesta del lunes por la tierra es básica para que los alumnos aprendan de responsabilidad y educación ambiental. Al igual que el jueves de matemáticas o el martes que aprenden de geografía.

El compromiso de crear un modelo de responsabilidad ambiental a través de acciones aplicadas nos alienta para a ir creando cada vez más acciones que retribuyan de manera positiva la vida de nuestro planeta.

La información nos genera responsabilidad al actuar, dando por medio de programas ambientales diseñados la herramienta necesaria para el saber. El saber, nos dirige al actuar con retribución.

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Por: Mercedes Guzmán
Lamerced recreativa

Etiquetas: Edición 122